You can't take the sky from me
It's been a while since my last post, basically because I have to work for a living (but not so much, mind ya :D). Thus, just to let you know I'm alive, I found this old text I wrote for the spanish edition of the first Firefly miniseries. Here ya go (no time for translation, sorry :():
Antecedentes
Alrededor del 2057 dC la Tierra dejó de disponer de los recursos necesarios para sustentar a su creciente población. Contrariamente a lo que cabía esperar de la especie, en lugar de exterminarse en una guerra mundial, sus dos grandes superpotencias, China y Estados Unidos, colaboraron en una migración masiva a una estrella cercana, rodeada de planetas y lunas cuyas características los hacían susceptibles de volverse habitables.
Tras un viaje tan largo que una generación completa nunca llegó a ver el exterior de una nave, se terraformaron los primeros planetas, Sihnon y Londinium, bautizados tras Sino, un apodo para la palabra chino, y Londres, que Estados Unidos se había anexionado tiempo atrás. La terraformación lleva décadas hasta obtener planetas con la misma gravedad y atmósfera que la Tierra y durante ese tiempo de colaboración, las culturas china y americana se fundieron, combinándose el inglés y el mandarín en una única lengua estándar. Ambos mundos constituyeron lo que más tarde se conoció como El Núcleo, asociación a la que se unirían los mundos de Osiris y Ariel.
Sin embargo, el viaje espacial no contribuyó a igualar las clases sociales y, ante la creciente ocupación de los planetas más civilizados, los ciudadanos más pobres emigraron a otros más alejados. Es estos mundos, sobrevivieron como pudieron, carentes de la tecnología más avanzada y sujetos a enfermedades endémicas como el mal de Bowden. Pocos años más tarde, aparecerían por la frontera del sistema los seres conocidos como los Reabres. Según los rumores, sus víctimas eran violadas hasta la muerte, devoradas y despellejadas para servir de vestimenta a sus verdugos y, si tenían mucha suerte, en ese orden. Si bien nadie podía confirmar esos rumores, dado que no dejaban supervivientes, la creencia general era que procedían de la degeneración en las fronteras de lo que alguna vez fueron seres humanos.
Algún tiempo después, los planetas del Núcleo se constituyeron en la Alianza. Si bien no pretendía en principio constituir una asociación imperialista, la organización militarista que se encargaba de mantener las disposiciones de ésta tenía claramente otros objetivos. Incluso se constituyeron organizaciones secretas cuya existencia desconocía la mayoría del parlamento y que se rumorea que llevaban a cabo experimentos con especimenes humanos.
Cuando los recursos escasearon en el Núcleo, se decidió que todos los planetas externos debían unirse a la Alianza y someterse a sus leyes. Esta iniciativa encontró una fuerte oposición en algunos mundos exteriores, que se unieron en una guerra civil contra el Núcleo, irónicamente denominada Guerra de la Unificación, pese a que poco podían hacer contra las fuertemente armadas y mucho más avanzadas tropas de éste. La guerra duró años (2506-2511) y mundos enteros se vieron arrasados. La última batalla se libró en el valle de Serenity, en el planeta Hera, donde las fuerzas independientes o Chaquetas Marrones fueron finalmente erradicadas y los mundos se unieron bajo el ya férreo control de la Alianza.
Los personajes
Malcolm Reynolds se unió como voluntario al 57 Regimiento de Infantería de los Independientes –familiarmente conocido como la Brigada “Bolas y Bayonetas”- cuando apenas tenía 20 años, alcanzando el grado de sargento. Su planeta natal, Shadow, fue bombardeado y destruido por la Alianza poco tiempo después y todo lo que le quedó fue la cabo Zoe Alleyne, soldado profesional, letal, eficiente y leal hasta la muerte, con la que participó en muchas de las campañas más sangrientas, como Du-Khang o New Kashmir. También tomaron parte en la última batalla de la guerra, en el valle de Serenity, cuya importancia estratégica lo hacía indispensable a ambos bandos. Pese a comandar inicialmente a poco más de treinta efectivos, la elevada tasa de mortandad entre los mandos lo puso al frente de más de dos mil soldados: un total de 16 brigadas y 20 tanques antiaereos que consiguieron mantener la posición durante casi dos meses. Completamente rodeados, Reynolds mantuvo a duras penas la moral de la tropa en espera del apoyo aéreo de la 82, que nunca llegó. Tras la muerte de casi medio millón de efectivos, Mal conservó apenas 400 hombres, que fueron diezmados por la enfermedad y el hambre cuando ambos bandos olvidaron a sus soldados mientras firmaban la paz. Al llegar los cuerpos médicos, ante el “Gracias a Dios” de Zoe, Mal se limitó a contestar “¿Dios? ¿Qué colores viste?”. Había perdido oficialmente lo que le quedaba de fe.
Reacio a adaptarse a un sistema controlado por la Alianza, Mal compró su propia nave, un transporte 03-K64 Firefly de segunda mano que previamente perteneció a un tal Capitán Harbatkin y cuyo registro nunca llegaría a actualizar. A partir de ese momento, Reynolds la bautizaría como Serenity. Zoe permanecería con él como segunda al mando y tendría gran influencia en la incorporación de Hoban “Wash” Washburne, un excelente piloto que podría haber obtenido un trato mucho mejor en cualquier otro crucero pero que acabaría casándose con ella apenas un año más tarde. Pese al buen talante y al carácter afable de Wash, su matrimonio sería motivo de disputa con el capitán, que no lo consideraba suficiente para Zoe, mientras que el piloto desconfiaba igualmente de la lealtad incondicional de su esposa hacia Reynolds. Este conflicto se saldaría años después durante una aventura conjunta.
Otra adquisición para la tripulación la supuso Jayne Cobbs, mercenario y rastreador, capaz de vender a su madre si el precio es adecuado. Cobbs tendió una trampa a Serenity junto a sus asociados, pero no dudó en cambiar de bando cuando Mal le ofreció mejores condiciones. Cobbs es extremadamente útil pero poco de fiar, si bien en ocasiones ha sorprendido favorablemente a sus compañeros. El último –y más joven- miembro de la tripulación lo constituye Kaylee Frye, un auténtico genio de la mecánica. Procedente de un planeta relativamente atrasado, se cruzó con Reynolds cuando el anterior mecánico de éste, un tal Bester, la invitó a una visita privada a Serenity. Después de que Kaylee solucionara un problema que éste se había confesado incapaz de arreglar durante las últimas semanas, Reynolds lo sustituyó inmediatamente. Kaylee no sólo parecía comunicarse con la nave, sino que resultó ser además la alegría del grupo y la hermana menor que ninguno tenía.
Con esta tripulación, Serenity estaba lista para aceptar cualquier trabajo –legal o ilegal- que mantuviera combustible en los motores y comida sobre la mesa. Sin embargo, la renuencia del capitán a aceptar trabajos inmorales en ocasiones hacía difícil este objetivo, motivo por el cual se optó por alquilar las dos lanzaderas de la nave. Increíblemente, una acompañante registrada se interesó por una de ellas. Las acompañantes eran el equivalente a las geishas japonesas y, como éstas, gozaban de un altísimo estatus social, podían permitirse escoger sus clientes y tenían la exquisita educación de la que no disponía ningún miembro de la tripulación de Serenity. El incluirla en la nave suponía una clara ventaja estratégica, ya que le confería la respetabilidad necesaria para amarar en determinados puertos muy por encima del estatus de la nave. Por qué Inara Serra decidió abandonar la Casa Madre en Sihnon, pese a que podría haber llegado gobernarla en poco tiempo, para viajar en una chatarra espacial por los confines del Núcleo es algo que nadie se ha conseguido explicar. Además, el ejercicio de su profesión, que Mal simplifica a simple prostitución y su apoyo a la Alianza durante la Guerra, unido a la obvia atracción entre ambos supuso una fuente de conflictos lo suficientemente importante como para que Reynolds decidiese no alquilar la otra lanzadera.
La serie
Tras un negocio fallido, como la mayoría de los de Reynolds, éste decidió probar suerte con su carga en una luna lejana y, para amortizar el desplazamiento, llevar pasajeros de pago. Entre éstos se encontaba el pastor Derrial Book, aparentemente más interesado por el viaje que por el destino, un tal Lawrence Dobson y Simon Tam, un joven doctor de aspecto adinerado que parecía huir de algo y se interesaba –en opinión de Mal- en exceso por la nave y sus tripulantes. Consciente de que su nave resultaba menos que atractiva para individuos de semejante clase social, Malcolm decidió mantener un ojo en Simon. Así, cuando detectó que una nave de la Alianza le pisaba los talones, asumió la culpabilidad de Tam y, tras derribarlo, abrió el enorme baúl que transportaba, descubriendo criogenizada a una chica adolescente. Esta resultó ser su hermana River, una joven superdotada que una agencia secreta gubernamental había secuestrado y que Simon acababa de recuperar en contra de la voluntad de su familia, convirtiéndose, a todo efecto, en un fugitivo. Dobson se descubrió inmediatamente como el topo de la Alianza, pero no iba tras Serenity, sino tras los Tam. Mal podría haberlo entregado para mantener a salvo a los suyos, pero Dobson perdió los nervios e, involuntariamente, hirió a Kaylee en lo que resultó ser un movimiento terriblemente estúpido. Tras reducir a Dobson, que eventualmente acabaría abandonado en Whitefalls con un disparo en la cabeza, Mal ordenó a Simon que salve la vida a su mecánico, pero éste se negó salvo que lo ayudaran a escapar de la nave de la Alianza a su espalda. Mal cedió, pero le garantizó que si la chica moría, ambos hermanos acabarán reuniéndose con ella. En realidad, Mal simpatiza con las causas perdidas y acabó ofreciéndole a Simon el puesto de médico de a bordo muy a pesar de Jayne, que está dispuesto a entregarlos a la menor ocasión. Kaylee, sin embargo, vió una oportunidad en el doctor, que sin embargo parecía ajeno a sus intentos de seducción.
Aparentemente, River Tam había perdido la cabeza y actuaba de forma errática y, en ocasiones, peligrosa. Con el tiempo, resultó evidente que había sido sometida a neurocirugía una y otra vez para potenciar sus capacidades innatas. Como resultado, no dispone de los filtros naturales para aislar pensamientos y emociones, ya sean suyos … o no. Bajo estas circunstancias, resultaba obvio su valor para la Alianza y el por qué eventualmente alguien acabaría dando con ellos, motivo por el cual Malcolm optó por desviarse de las rutas más habituales. Esto situó a Inara en una posición incómoda, más aún en tanto que sus sentimientos por el capitán estaban comenzando a interferir seriamente con su trabajo. De forma similar, el pastor Book, que había decidido permanecer en la nave para hacer lo posible por la integridad moral de la tripulación, descubrió que, más bien al contrario, Malcolm lo estaba conduciendo a comportarse de forma violenta, lo que le recuerda a un pasado que intentó dejar atrás. Un pasado en el que tuvo en la Alianza un puesto lo suficientemente relevante como para desviar de sus deberes a un crucero de guerra.
Ahora, tras un último trabajo fallido, las reservas económicas de la tripulación están en las últimas, la Alianza sigue de cerca de Serenity e Inara ha decidido marcharse. Parece que nada puede irle peor al capitán Reynolds …
Antecedentes
Alrededor del 2057 dC la Tierra dejó de disponer de los recursos necesarios para sustentar a su creciente población. Contrariamente a lo que cabía esperar de la especie, en lugar de exterminarse en una guerra mundial, sus dos grandes superpotencias, China y Estados Unidos, colaboraron en una migración masiva a una estrella cercana, rodeada de planetas y lunas cuyas características los hacían susceptibles de volverse habitables.
Tras un viaje tan largo que una generación completa nunca llegó a ver el exterior de una nave, se terraformaron los primeros planetas, Sihnon y Londinium, bautizados tras Sino, un apodo para la palabra chino, y Londres, que Estados Unidos se había anexionado tiempo atrás. La terraformación lleva décadas hasta obtener planetas con la misma gravedad y atmósfera que la Tierra y durante ese tiempo de colaboración, las culturas china y americana se fundieron, combinándose el inglés y el mandarín en una única lengua estándar. Ambos mundos constituyeron lo que más tarde se conoció como El Núcleo, asociación a la que se unirían los mundos de Osiris y Ariel.
Sin embargo, el viaje espacial no contribuyó a igualar las clases sociales y, ante la creciente ocupación de los planetas más civilizados, los ciudadanos más pobres emigraron a otros más alejados. Es estos mundos, sobrevivieron como pudieron, carentes de la tecnología más avanzada y sujetos a enfermedades endémicas como el mal de Bowden. Pocos años más tarde, aparecerían por la frontera del sistema los seres conocidos como los Reabres. Según los rumores, sus víctimas eran violadas hasta la muerte, devoradas y despellejadas para servir de vestimenta a sus verdugos y, si tenían mucha suerte, en ese orden. Si bien nadie podía confirmar esos rumores, dado que no dejaban supervivientes, la creencia general era que procedían de la degeneración en las fronteras de lo que alguna vez fueron seres humanos.
Algún tiempo después, los planetas del Núcleo se constituyeron en la Alianza. Si bien no pretendía en principio constituir una asociación imperialista, la organización militarista que se encargaba de mantener las disposiciones de ésta tenía claramente otros objetivos. Incluso se constituyeron organizaciones secretas cuya existencia desconocía la mayoría del parlamento y que se rumorea que llevaban a cabo experimentos con especimenes humanos.
Cuando los recursos escasearon en el Núcleo, se decidió que todos los planetas externos debían unirse a la Alianza y someterse a sus leyes. Esta iniciativa encontró una fuerte oposición en algunos mundos exteriores, que se unieron en una guerra civil contra el Núcleo, irónicamente denominada Guerra de la Unificación, pese a que poco podían hacer contra las fuertemente armadas y mucho más avanzadas tropas de éste. La guerra duró años (2506-2511) y mundos enteros se vieron arrasados. La última batalla se libró en el valle de Serenity, en el planeta Hera, donde las fuerzas independientes o Chaquetas Marrones fueron finalmente erradicadas y los mundos se unieron bajo el ya férreo control de la Alianza.
Los personajes
Malcolm Reynolds se unió como voluntario al 57 Regimiento de Infantería de los Independientes –familiarmente conocido como la Brigada “Bolas y Bayonetas”- cuando apenas tenía 20 años, alcanzando el grado de sargento. Su planeta natal, Shadow, fue bombardeado y destruido por la Alianza poco tiempo después y todo lo que le quedó fue la cabo Zoe Alleyne, soldado profesional, letal, eficiente y leal hasta la muerte, con la que participó en muchas de las campañas más sangrientas, como Du-Khang o New Kashmir. También tomaron parte en la última batalla de la guerra, en el valle de Serenity, cuya importancia estratégica lo hacía indispensable a ambos bandos. Pese a comandar inicialmente a poco más de treinta efectivos, la elevada tasa de mortandad entre los mandos lo puso al frente de más de dos mil soldados: un total de 16 brigadas y 20 tanques antiaereos que consiguieron mantener la posición durante casi dos meses. Completamente rodeados, Reynolds mantuvo a duras penas la moral de la tropa en espera del apoyo aéreo de la 82, que nunca llegó. Tras la muerte de casi medio millón de efectivos, Mal conservó apenas 400 hombres, que fueron diezmados por la enfermedad y el hambre cuando ambos bandos olvidaron a sus soldados mientras firmaban la paz. Al llegar los cuerpos médicos, ante el “Gracias a Dios” de Zoe, Mal se limitó a contestar “¿Dios? ¿Qué colores viste?”. Había perdido oficialmente lo que le quedaba de fe.
Reacio a adaptarse a un sistema controlado por la Alianza, Mal compró su propia nave, un transporte 03-K64 Firefly de segunda mano que previamente perteneció a un tal Capitán Harbatkin y cuyo registro nunca llegaría a actualizar. A partir de ese momento, Reynolds la bautizaría como Serenity. Zoe permanecería con él como segunda al mando y tendría gran influencia en la incorporación de Hoban “Wash” Washburne, un excelente piloto que podría haber obtenido un trato mucho mejor en cualquier otro crucero pero que acabaría casándose con ella apenas un año más tarde. Pese al buen talante y al carácter afable de Wash, su matrimonio sería motivo de disputa con el capitán, que no lo consideraba suficiente para Zoe, mientras que el piloto desconfiaba igualmente de la lealtad incondicional de su esposa hacia Reynolds. Este conflicto se saldaría años después durante una aventura conjunta.
Otra adquisición para la tripulación la supuso Jayne Cobbs, mercenario y rastreador, capaz de vender a su madre si el precio es adecuado. Cobbs tendió una trampa a Serenity junto a sus asociados, pero no dudó en cambiar de bando cuando Mal le ofreció mejores condiciones. Cobbs es extremadamente útil pero poco de fiar, si bien en ocasiones ha sorprendido favorablemente a sus compañeros. El último –y más joven- miembro de la tripulación lo constituye Kaylee Frye, un auténtico genio de la mecánica. Procedente de un planeta relativamente atrasado, se cruzó con Reynolds cuando el anterior mecánico de éste, un tal Bester, la invitó a una visita privada a Serenity. Después de que Kaylee solucionara un problema que éste se había confesado incapaz de arreglar durante las últimas semanas, Reynolds lo sustituyó inmediatamente. Kaylee no sólo parecía comunicarse con la nave, sino que resultó ser además la alegría del grupo y la hermana menor que ninguno tenía.
Con esta tripulación, Serenity estaba lista para aceptar cualquier trabajo –legal o ilegal- que mantuviera combustible en los motores y comida sobre la mesa. Sin embargo, la renuencia del capitán a aceptar trabajos inmorales en ocasiones hacía difícil este objetivo, motivo por el cual se optó por alquilar las dos lanzaderas de la nave. Increíblemente, una acompañante registrada se interesó por una de ellas. Las acompañantes eran el equivalente a las geishas japonesas y, como éstas, gozaban de un altísimo estatus social, podían permitirse escoger sus clientes y tenían la exquisita educación de la que no disponía ningún miembro de la tripulación de Serenity. El incluirla en la nave suponía una clara ventaja estratégica, ya que le confería la respetabilidad necesaria para amarar en determinados puertos muy por encima del estatus de la nave. Por qué Inara Serra decidió abandonar la Casa Madre en Sihnon, pese a que podría haber llegado gobernarla en poco tiempo, para viajar en una chatarra espacial por los confines del Núcleo es algo que nadie se ha conseguido explicar. Además, el ejercicio de su profesión, que Mal simplifica a simple prostitución y su apoyo a la Alianza durante la Guerra, unido a la obvia atracción entre ambos supuso una fuente de conflictos lo suficientemente importante como para que Reynolds decidiese no alquilar la otra lanzadera.
La serie
Tras un negocio fallido, como la mayoría de los de Reynolds, éste decidió probar suerte con su carga en una luna lejana y, para amortizar el desplazamiento, llevar pasajeros de pago. Entre éstos se encontaba el pastor Derrial Book, aparentemente más interesado por el viaje que por el destino, un tal Lawrence Dobson y Simon Tam, un joven doctor de aspecto adinerado que parecía huir de algo y se interesaba –en opinión de Mal- en exceso por la nave y sus tripulantes. Consciente de que su nave resultaba menos que atractiva para individuos de semejante clase social, Malcolm decidió mantener un ojo en Simon. Así, cuando detectó que una nave de la Alianza le pisaba los talones, asumió la culpabilidad de Tam y, tras derribarlo, abrió el enorme baúl que transportaba, descubriendo criogenizada a una chica adolescente. Esta resultó ser su hermana River, una joven superdotada que una agencia secreta gubernamental había secuestrado y que Simon acababa de recuperar en contra de la voluntad de su familia, convirtiéndose, a todo efecto, en un fugitivo. Dobson se descubrió inmediatamente como el topo de la Alianza, pero no iba tras Serenity, sino tras los Tam. Mal podría haberlo entregado para mantener a salvo a los suyos, pero Dobson perdió los nervios e, involuntariamente, hirió a Kaylee en lo que resultó ser un movimiento terriblemente estúpido. Tras reducir a Dobson, que eventualmente acabaría abandonado en Whitefalls con un disparo en la cabeza, Mal ordenó a Simon que salve la vida a su mecánico, pero éste se negó salvo que lo ayudaran a escapar de la nave de la Alianza a su espalda. Mal cedió, pero le garantizó que si la chica moría, ambos hermanos acabarán reuniéndose con ella. En realidad, Mal simpatiza con las causas perdidas y acabó ofreciéndole a Simon el puesto de médico de a bordo muy a pesar de Jayne, que está dispuesto a entregarlos a la menor ocasión. Kaylee, sin embargo, vió una oportunidad en el doctor, que sin embargo parecía ajeno a sus intentos de seducción.
Aparentemente, River Tam había perdido la cabeza y actuaba de forma errática y, en ocasiones, peligrosa. Con el tiempo, resultó evidente que había sido sometida a neurocirugía una y otra vez para potenciar sus capacidades innatas. Como resultado, no dispone de los filtros naturales para aislar pensamientos y emociones, ya sean suyos … o no. Bajo estas circunstancias, resultaba obvio su valor para la Alianza y el por qué eventualmente alguien acabaría dando con ellos, motivo por el cual Malcolm optó por desviarse de las rutas más habituales. Esto situó a Inara en una posición incómoda, más aún en tanto que sus sentimientos por el capitán estaban comenzando a interferir seriamente con su trabajo. De forma similar, el pastor Book, que había decidido permanecer en la nave para hacer lo posible por la integridad moral de la tripulación, descubrió que, más bien al contrario, Malcolm lo estaba conduciendo a comportarse de forma violenta, lo que le recuerda a un pasado que intentó dejar atrás. Un pasado en el que tuvo en la Alianza un puesto lo suficientemente relevante como para desviar de sus deberes a un crucero de guerra.
Ahora, tras un último trabajo fallido, las reservas económicas de la tripulación están en las últimas, la Alianza sigue de cerca de Serenity e Inara ha decidido marcharse. Parece que nada puede irle peor al capitán Reynolds …
Aunque yo no veo Firefly ni sé nada de esto... ¡me encanta el último dibujo, la expresión de la chica! Muy chulo!
Niña, el Torres te tiene descuidada!!! Hay que ver Firefly, pero ya!